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Productividad, costes y salarios.

Asistía hoy a un aula virtual, donde se trataba el tema de la situación económica actual en España, el tema del ‘rescate’ por parte de la UE y posibles salidas a la situación.

El caso es que en la ronda de preguntas, tras haberse mencionado el tema de ‘bajar los costes salariales’ para mejorar la productividad, yo he preguntado:

¿La rebaja de los salarios no supone también penalizar el ahorro y lastrar la recuperación? Los salarios ya son bajos y antes de la crisis la facilidad de acceso al crédito sostenía el consumo y causaba un alto endeudamiento, pero hoy el consume cae y bajarlos lastra la recuperación.

Aquí la respuesta ha sido que reducir los costes salariales nos hace más competitivos, puesto que consigue que se produzca más barato y facilita las exportaciones (en el 1er trimestre del año la balanza comercial nos es favorable).

Y aquí, si bien reconozco que el argumento es válido, no puedo estar totalmente de acuerdo.

El hecho es que si miramos la relación entre productividad y costes, vemos que la relación es la siguiente:

Productividad = Producto Generado / Coste

Está claro que no descubro nada nuevo, pero normalmente cuando se habla de los costes, es habitual escuchar siempre el término ‘costes salariales’ como único coste, o al menos como único coste ‘reducible’.

Lo cierto es que esto no es así, puesto que en los costes entran varios factores, y aún ciñéndonos solo a los ‘salariales’  debemos tener en cuenta que este coste se compone de:

Coste por hora * hora de trabajo

Y de nuevo no descubro nada, ya que esta relación es lógica y conocida.

Pero aquí debemos plantearnos una cosa, las hora de trabajo ¿son todas efectivas?

Todos sabemos que en una jornada media de 8h obtener un 100% de horas efectivas es imposible, debido a las distracciones, los pequeños problemas del día a día o que simplemente las personas no somos máquinas que puedan trabajar 8h sin descanso.

Pero asumiendo esa realidad, lo único que nos queda de hora a obtener una mayor productividad, es asegurarnos de que las horas improductivas no se disparan y que las horas efectivas sean lo más productivas posibles.

Y aquí entran diversos factores, como son:

  • dotar a cada trabajador de las herramientas adecuadas.
  • realizar un análisis de riesgos que nos permita adelantarnos a los problemas que puedan bloquear el trabajo.
  • identificar las tareas que no dependen de nosotros, pero requerimos o requeriremos en algún momento, y coordinar los esfuerzos de los equipos involucrados para evitar retrasos.
  • tener una planificación clara y accesible para que todos sepan qué deben hacer y cuándo…

En el mundo del desarrollo software hace tiempo que se vienen haciendo esfuerzos en este sentido, con modelos como el de CMMI que en su nivel 4 ya contempla estas cosas:

4 – Gestionado. Se caracteriza porque las organizaciones disponen de un conjunto de métricas significativas de calidad y productividad, que se usan de modo sistemático para la toma de decisiones y la gestión de riesgos. El
software resultante es de alta calidad.

Así, cada vez más empresas que se embarcan en obtener la certificación, muchas veces exigida por grandes clientes y administraciones públicas, van incorporando formas de contabilizar las horas trabajadas y las métricas asociadas a la productividad.

O con frameworks de trabajo como Scrum, en los que además de buscar un mayor conocimiento de la propia capacidad del equipo y su avance, las figuras del Scrum Manager o el Product Owner ayudan a la hora de orientar los esfuerzos de una forma mucho más eficaz.

Pero fuera del mundo SW y de las grandes empresas que se embarcan en obtener estas certificaciones e incorporar métricas e indicadores de productividad, la norma general es encontrarse con innumerables empresas que descuidan muchos estos aspectos.

Desde empresas que no han automatizado muchos procesos, que no conocen mayor informatización que la de comprar PCs y un programa de contabilidad para su departamento de administración, o que simplemente no consideran analizar sus procesos de trabajo para ver dónde mejorar y ganar tiempo en sus tareas diarias.

Incorporar un CRM que te ayude a dar un mejor servicio a tus clientes, para que sus pedidos sean más cómodos y nos roben menos tiempo, o conocer las bondades de un BPM que nos ayude a conocernos mejor, identificar donde podemos mejorar o cambiar para ser más eficaces, son realidades al alcance de muchas empresas que por desgracia aún ven con reticencia y poco útiles.

Por todo esto es por lo que creo que a la hora de hablar de productividad, no solo debemos contar con los costes salariales como única variable de ‘abaratamiento’, si no que también debemos pensar en mejorar nuestras estructuras y procesos como empresa, como vía de reducir nuestros costes totales y mejorar la productividad.

Sirva un ejemplo:

Un desarrollador que diariamente emplea un 25-30% de su tiempo de trabajo en esperar a que determinados procesos (compilación, despliegue, rearranque de servidores, etc…) finalicen para poder continuar.

Quizás su equipo no sea el adecuado porque cuente con un viejo PC obsoleto, o el entorno de desarrollo o pruebas no es el adecuado.

Y aquí una inversión de unos 1000€ (el precio del HW en la actualidad ha bajado mucho)  podría suponer reducir ese 30% a un 10%, con lo que si el coste por hora es de 30€, un 20% de mejora supondría un ahorro de 48€ diarios (8h*30€ = 240€ diarios), es decir, en 21 jornadas de trabajo (1 mes) habríamos recuperado la inversión realizada y empezaríamos a ahorrar en costes.

Obviamente no siempre es tan sencillo ver el ahorro, pero una consultoría (aunque a priori nos parezca otro ‘gasto’) puede mostrarnos áreas de mejora, aconsejarnos soluciones y cómo modelar nuestro negocio para ser no solo más productivos (y por tanto más ‘baratos’) sino además más eficaces.

Si nos fijamos en nuestro sector, las empresas de mayor renombre (Google, Microsoft, Atlassian, …) son conocidas por los profesionales, entre otras cosas por pagar cifrar desorbitadas a sus desarrolladores.

Volviendo a la formula apuntada:

Productividad = Producto Generado / Coste

queda bien claro que mejorar la productividad no solo se consigue bajando el coste. También se consigue mejorando el valor Producto Generado, y esta parte es la que se olvida habitualmente.

Es muy facil cuadrar presupuestos al principio del proyecto bajando el salario. Pero, ¿que pasa con el presupuesto cuando ha pasado el 150% del tiempo planificado para hacer el proyecto y aquello no hay por donde agarrarlo?

En Madrid, por experiencia, si contratas a un desarrollador por menos de 22.000€, bajas los costes, pero consigues, iba a decir trabajo basura (que también), pero queda mas claro si digo Producto basura. Y ojo, es posible tener auténticos cracks contratables por debajo de 22.000€, en la misma proporción que puedes encontrar un Cristiano Ronaldo por menos de 1 millon de € de traspaso.

Entre 22.000 y 30.000 hay mucha mediocridad y algunos valores con futuro, pero tu equipo de desarrollo por esos precios de media, no van a hacer un Producto decente.

Sin embargo, por encima de 40.000, y teniendo cuidado con lo que se contrata, puedes aumentar exponencialmente el valor de tu Producto. Y es que, por mucho lo parezca, 2*22.000 no es igual a 1*44.000,  es bastante menor os lo puedo asegurar.

Ya lo decía mi abuela, que no era directiva ni se había pagado ningún Master en una escuela de negocios, «hay hijo, un día de darás cuenta de que, lo barato, a la larga,  sale caro».

Claro que los que piensa que no es así, son los mismos que piensan que 9 embarazadas hacen un niño en 1 mes, porque caen en el recurrente error de considerar al valor humano como un mero ‘recurso’ y considerar a todos sus ‘recursos’ como igual de productivos y válidos.

Por último, un par de gráficos y un artículo que vienen a corroborar lo dicho, donde podemos ver que la productividad española está en la media de la UE (desterrando el mito de nuestra baja productividad), donde los más productivos no son los países con manos de obra más barata, pero sí los que cuentan con mano de obra cualificada (y bien remunerada) y empresas que apuestan por innovar y mejorar.

Expansión:

¿Quien trabaja más en Europa y cual es el país más productivo?